El elefante marino es parte importante de mi infancia. Es un juego que inventamos con mis hermanos, al que jugamos solo unas cuantas veces, pero que nos dejó muy lindos recuerdos (y en mi caso también una cicatriz en la frente).
La última vez que nos acordamos del elefante marino, fue hace muy poco, mientras el Dani y yo disfrutábamos de una cálida noche de verano a orillas del mar. Nos reímos mucho esa vez, solo faltó el Gonzalo para que fuera perfecto. Los quiero muchachos.
Me recuerda a los monstruos de Sendak
ResponderEliminarUn abrazo Mari!
este era mi monstruo de infancia, lo recuerdo con mucho cariño :)
ResponderEliminarun abrazo para ti, Mari
Que bonitoo c:
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